Etimología de Tragacete

Según Torres Mena procede de las raíces hebreas ‘tar’, Torre, y ‘garah’, Abrasada.
Los griegos le dieron el sinónimo ‘Antraca’, la reducida a carbón, y omitida la an, mudada la c en g y añadida la palabra cete, población, ciudad, tomó el nombre que lleva.
Heliodoro Cordente nos dice que Tragacete adquiere ese nombre en base al arbusto que se cría en las riberas de sus ríos, y cuyo nombre ‘taraje’ por corrupción fonética nos conduce a Tragacete, como pequeño lugar abundante en tarajes.

 

  Etimología de Tragacete

Historia

Enclavado en pleno corazón de la Serranía conquense, Tragacete, es una villa de origen antiguo, con vestigios de pueblos indoeuropeos al final de la Edad de bronce y de celtíberos. Sin embargo los romanos nos dejaron restos de su presencia, con una herrería y un puente sobre el río Júcar que atravesaba una vía romana.
Según Torres Mena, el primitivo Tragacete debió estar en Vega del Codorno, donde junto a las ruinas de una ermita, se descubren los sillares mayores que han quedado en la provincia de las antiguas construcciones.

La importancia de Tragacete comienza, cuando llega gente del Señorío de Molina en pleno período repoblacional, tras la caída del musulmán Rey Lobo de Murcia en 1171, que hasta aquí llegaban sus dominios.
D. Pedro Manrique de Lara, señor de Molina, adquiere el lugar de Tragacete, y tras su muerte el año 1202, consta un documento, en el cual, el rey Alfonso VIII otorga y confirma la venta de Tragacete, que Doña Mafalda, viuda de Pedro Manrique, junto a su hijo Gonzalo Pérez, hicieron al Concejo de Cuenca por cuatro mil maravedís, exceptuando las Salinas que allí se explotaban y que Alfonso VIII reservó para él:

En otro documento fechado el 25 de octubre del mismo año 1202, Alfonso VIII concede al Obispo San Julián y a los canónigos de su Iglesia el diezmo de las rentas de las Salinas de Tragacete.
Lo cual fue ratificado en 1222 por Fernando III.

La Serranía de Cuenca parece haber sido una zona poblada el siglo XIV. Así lo demuestra la densidad de emplazamientos y las referencias del libro de la Montería del Rey Alfonso XI. Los caminos debían abundar. En las Anotaciones al libro se mencionan dos caminos que salían de Tragacete a Valdecabras y a Arcos y otro que unía Majadas del Rey con Huélamo y Portillo. De construcciones se menciona una Iglesia, y molinos en un par de puntos.
La incipiente industria se recoge en herrería, escorial, y salinas.

La agricultura debía ser casi nula, con solo mención de huertas. Debía haber bastante apicultura en colmenares. La ganadería estaba bien desarrollada, con majadas, vaquerizas y vecedas, amén de referencias a vacas, cabras, mulos, asnos y caballos. Tenía mucha importancia el bosque, del que se mencionan robles, pinos y cerezos, madroños, fresnos, carrascos, sabinas, enebros, moral y mostajo, además de matorral de zarzas, estepas y espinos. La fauna incluye truchas, siendo también zona de cetrería con halcones y montería para la caza de osos y venados.

También se habla de la Mesta. De la "senda mesma que va desde las Majadas del Rey a Fuente del Berro". Por la dirección, se trata seguramente de la conocida luego como Cañada de los Chorros, que iba desde Cuenca a Tragacete y que recogía el ganado de la Sierra de Tragacete para llevarla por Villalba de la Sierra a esa Cañada o a la de Rodrigo Ardaz. Las Cañadas son llanuras despejadas de vegetación y peñas, que "si es larga y estrecha, llamarse ha Cañada"...

En ganadería alcanzaron gran importancia gracias a la calidad de sus lanas. En 1462 la de Tragacete se pagaba a 112’5 maravedís la arroba, gracias a la fuerte demanda de lugares como Florencia, Génova o Flandes.

Al ser considerada aldea fuerte, es muy apreciada por las casas nobiliarias, y un privilegio del año 1370, confirmado por Enrique II, concede las villas de Torralba y Tragacete, con sus castillos, términos  y vasallos a Don Alvar García de Albornoz, por lo que es de suponer que en algún momento hubo un castillo.

Más tarde, el enlace de los Albornoz con los Carrillo conquenses, hace que pase en el s.XV a ser titular Doña María de Albornoz entre 1389 y 1442.
Por la participación de los Hurtado de Mendoza en la conquista de Granada, los Reyes Católicos les conceden el título de Marqueses de Cañete, pasando Tragacete a pertenecer a este marquesado.

La arquitectura era de caserones de piedra, con viguería de madera y buena forja producida en la zona, de lo cual es ejemplo la Casa de los Arribas. La Iglesia es el edificio más destacado, dedicada a San Miguel Arcángel. En el libro de visitas del obispado en 1656, dice que es muy pobre, y necesitada de reparaciones, hablando de una capilla que debió existir en el lado del Evangelio. Después de la Guerra Civil sufrió serios daños, y su retablo de mármol es del s.XX, y la talla del Santo es del afamado escultor Fausto Culebras. Había también una ermita en la Santísima Trinidad, actualmente desaparecida.
Los procesos de desarticulación comunal durante el liberalismo, siglos XVIII y XIX (abolición de 1834 de los señoríos jurisdiccionales, los marquesados) con el aprovechamiento de pastos, dehesas para el ganado y la necesidad de financiación para los términos por la gran riqueza forestal mediante subastas de la madera, lleva a graves enfrentamientos entre la ciudad de Cuenca y los pueblos mancomunados de la Sierra, que ven como entrando en el S.XX prácticamente la mayoría del monte es adjudicado a la ciudad de Cuenca.

 

  Historia

Población

Como centro nuclear de población y de recursos administrativos, Tragacete era y es lugar significativo en la Serranía conquense.
Durante el s.XVI tenía 640 habitantes, en 1656 se reduce a 320 por la fuerte crisis ganadera que afecta a toda la comarca.

En el censo de Floridablanca del año 1787 cuenta con 769 hab., en el año 1886 dice Torres Mena que viven 1580 habitantes contando las aldeas de Vega del Codorno de arriba y de abajo. En 1910 viven 1454, y diez años después 1373, y en 1930, una vez segregado el municipio de la Vega del Codorno quedan 990 vecinos, y con servicios oficiales de médico, veterinario, farmacéutico, maestros, forestales, sacerdote, cartero, secretario y escribiente; además de molineros, sastre, comercio, casino, algún industrial, herreros, carpintero o barbero.

En la actualidad quedan 277 habitantes en 2022 tras diferentes despoblaciones del mundo rural.

 

  Población