Tragacete es cuna de nacimiento de ríos, arroyos, manantiales... en definitiva, de vida. La variada vegetación, donde el bosque es el elemento principal, se convierte en un entorno ideal para especies como jabalíes, corzos y ciervos.
Sin embargo, también nuestro pueblo suele sorprender al visitante. Plazas y calles ajardinadas dan vida a una localidad de excepcional belleza. Es un buen ejemplo de arquitectura popular serrana.
Siguiendo el cauce del prematuro río Júcar, tras pasar el paraje conocido como San Blas encontraremos el "Estrecho del Infierno", una formación rocosa horadada por el discurrir de las aguas del Júcar, que con el paso de los años han creado un sinuoso camino. Cruzándolo podremos llegar hasta el nacimiento del río Júcar.